La estrategia del ahorro previo

Hoy en día puede que un usuario pueda apostar por invertir buscando para ello un broker barato, pueda apostar por una estrategia de futuro contratando productos como planes de pensiones o seguros de ahorro, o incluso pueda plantearse la conveniencia de acceder a ETF o CFDs, sin embargo un elemento común a prácticamente todos los usuarios es la búsqueda de ahorro.

Una de las dudas más frecuentes para una economía doméstica media es cómo ahorrar en una época como la actual, es decir, como estirar el dinero de manera que se pueda destinar una parte de los ingresos al ahorro activo, ahorro productivo muy diferente al rancio concepto del dinero bajo el colchón.

La respuesta no es sencilla si partimos de la base de que todos los elementos que tienen que ver con la economía se han visto modificados de manera sensible, y que, tal vez, lo que hace tan sólo un lustro valía ahora puede no ser operativo.

Concebir el ahorro como el acceso al sobrante de nuestros ingresos tras los gastos es probablemente el primero de los impulsos cuando hablamos de ahorrar, sin embargo, no son pocos los expertos que nos invitan a plantear todo lo contrario; el ahorro previo.

Si entendemos que nuestro ahorro de un modo u otro tiene que ser activo y producirlos una rentabilidad determinada, puede parecer interesante el hecho de descontar de manera automática a nuestros ingresos un porcentaje por pequeño que sea que incluso no llegue a nuestras manos a primeros de mes, sistematizar este sistema implica que no accederemos a esa cantidad destinada al ahorro y por tanto no disponemos de ella para nada que no sea su destino en un producto seguro que nos aporte rentabilidad.

Es más que probable que al no contar con esa cantidad (ajustada lógicamente al conjunto de nuestras necesidades) no la echemos de menos del mismo modo que si tuviéramos que apartarla una vez en nuestras manos; al menos resulta una idea interesante sobre el papel.